El madrasa es una variedad de uva tinta originaria principalmente de Azerbaiyán y extendida por algunas regiones del Cáucaso y Asia Central. Este cépage se caracteriza por vinos de color rojo rubí intenso con matices violáceos. En nariz, ofrece un perfil aromático afrutado, dominado por notas de cereza madura, grosella negra, ciruela y sutiles toques de especias dulces, así como matices florales de violeta. En boca, resulta equilibrado y sedoso, con taninos moderados, frescura agradable y persistencia media, mostrando sabores de frutas rojas y confitadas, junto a ligeros recuerdos a regaliz y chocolate.
Las principales regiones vitivinícolas para el madrasa son la zona de Ganja-Gazakh y Nagorno-Karabaj en Azerbaiyán, además de áreas seleccionadas de Uzbekistán y Turkmenistán. Suele elaborarse como vino joven monovarietal, aunque también aparece en coupage con otras variedades autóctonas.
El madrasa acompaña excelentemente platos de carne a la parrilla, cordero especiado, estofados con hierbas aromáticas, arroces orientales y quesos curados de pasta dura. Su perfil vibrante y seductor lo convierte en una opción idónea tanto para la gastronomía tradicional caucásica como para propuestas internacionales de cocina fusionada.