Los ensamblajes de rosado, conocidos como 'Rosé Blends', se distinguen por su versatilidad aromática y gustativa, logrado a través de la combinación de diferentes variedades tintas y, en algunos casos, blancas. En nariz, suelen exhibir un perfil fresco con notas de frutos rojos como fresa, frambuesa y cereza, acompañados frecuentemente por matices florales y toques cítricos. En boca, presentan una acidez vibrante, cuerpo medio y una agradable sensación de frescura, a menudo con recuerdos minerales y un final ligeramente especiado.
Las principales regiones productoras incluyen el sur de Francia (especialmente la Provenza), España (Navarra y ciertas zonas de Cataluña), así como partes de Italia y Australia. En España, los rosados de mezcla adquieren particular relevancia por su equilibrio y carácter accesible.
Los estilos de rosé blends varían desde vinos ligeros y secos, hasta ejemplos con mayor estructura y suavidad, dependiendo de las proporciones y variedades utilizadas. Resultan excelentes como aperitivo y acompañan de manera ideal platos como pescados a la plancha, ensaladas mediterráneas, arroces, mariscos y cocina asiática poco picante, realzando la experiencia gastronómica con frescura y elegancia.