Frankovka modrá, conocida internacionalmente como Blaufränkisch, es una variedad de uva tinta apreciada por su elegancia y complejidad. En copa, sus vinos exhiben un color rubí intenso y profundo. El perfil aromático está dominado por notas de frutas negras como arándanos, ciruelas y cerezas, realzadas por matices especiados de pimienta negra, clavo y, en ocasiones, toques terrosos y minerales. Su paso por boca es refrescante, con taninos finos y acidez marcada, resultando equilibrado y de cuerpo medio a completo.
Las regiones vitivinícolas donde la Frankovka modrá muestra su mejor expresión incluyen Eslovaquia, la región de Moravia en la República Checa, Austria (especialmente Burgenland) y Hungría. Dependiendo del terruño y las prácticas enológicas, puede producir estilos que van desde jóvenes, frescos y afrutados hasta versiones envejecidas en barrica de gran estructura y capacidad de guarda.
Sus vinos maridan excelentemente con platos de carnes rojas a la parrilla, estofados de caza, embutidos curados y quesos semicurados. También acompaña bien la gastronomía de estilo centroeuropeo, como el gulash o platos con setas y hierbas aromáticas.