El Franconia, conocido también como Blaufränkisch en diversas regiones europeas, es un cépage tinta de notable carácter y creciente prestigio internacional. Destaca por un perfil aromático elegante, dominado por notas de frutos negros —moras, ciruelas y cerezas—, acompañadas de sutiles matices especiados, toques de violeta y, en ocasiones, delicados recuerdos terrosos o minerales según el terruño.
Las principales regiones vitivinícolas donde se cultiva el Franconia son el noreste de Italia (especialmente Friuli Venezia Giulia, donde es llamado Refosco), Austria, Alemania y Eslovenia. En España, su presencia es minoritaria pero empieza a ganar adeptos entre bodegas innovadoras.
Los vinos producidos con Franconia suelen ser secos, de cuerpo medio a pleno, taninos moderados y una acidez viva que aporta frescura. Se pueden encontrar tanto en estilos jóvenes, que resaltan la fruta, como en versiones criadas en madera, donde gana complejidad aromática y estructura.
En cuanto a maridajes, el Franconia resulta ideal con embutidos ibéricos, carnes rojas a la parrilla, guisos de caza y quesos curados. También se adapta a platos de cocina mediterránea con hierbas aromáticas, realzando sabores y aportando armonía al conjunto gastronómico.