El Moll, conocido también como Prensal Blanc, es una variedad blanca autóctona de las Islas Baleares, especialmente emblemática en Mallorca. Este cépage ofrece un perfil aromático fresco y delicado, donde predominan notas de manzana verde, pera, hierbas mediterráneas y sutiles toques de cítricos. En boca, suele manifestarse equilibrado, con una acidez moderada y una textura suave, aportando una sensación de frescura y ligereza.
Las principales regiones vitivinícolas donde se cultiva el Moll son las denominaciones de origen Binissalem y Pla i Llevant, ambas en Mallorca, donde se ha recuperado su cultivo en las últimas décadas gracias al interés por las variedades autóctonas. Los vinos elaborados a partir de Moll destacan por su estilo fresco y joven, aunque algunas bodegas optan por crianzas breves sobre lías, aportando mayor complejidad y volumen en boca.
En cuanto a los maridajes, el Moll es ideal para acompañar mariscos, pescados blancos a la plancha, arroces marineros y ensaladas frescas. Su carácter ligero y fresco lo convierte en un aliado versátil para la gastronomía mediterránea, realzando los sabores sin enmascararlos.