Vinos Pomerol Clos du Clocher - 1979

Opiniones de Viniou

Clos du Clocher 1979 es un vino tinto clásico de Pomerol, una pequeña pero prestigiosa denominación ubicada en la orilla derecha de Burdeos. Aunque la composición exacta del ensamblaje no aparece detallada, los vinos de Pomerol están tradicionalmente dominados por la variedad Merlot, acompañada en menor proporción por Cabernet Franc y ocasionalmente una pizca de Cabernet Sauvignon. El año 1979 ofreció un clima relativamente fresco que proporcionó vinos elegantes, con taninos pulidos y un perfil aromático marcado por la madurez controlada de la fruta y una buena persistencia. El Clos du Clocher es conocido por su vinificación cuidadosa, buscando la expresión pura del terroir de Pomerol, y en esta añada se caracteriza por matices terciarios de cuero, sotobosque, trufa y ciruela pasa, además de delicadas notas especiadas, testimonio de un envejecimiento noble en botella.

Pomerol es una de las joyas de la región de Burdeos y se distingue por la riqueza de sus suelos, formados principalmente por arcillas profundas con presencia de gravas, lo que brinda a los vinos una textura sedosa y una expresión particularmente opulenta del Merlot. El clima templado, con veranos cálidos y otoños frescos, es ideal para conseguir maduración óptima en la uva. A pesar del pequeño tamaño de la denominación, la reputación de Pomerol se apoya en su historia y en la intensidad aromática, sutileza y longevidad de sus vinos.

Para acompañar este Clos du Clocher 1979, recomiendo platos que respeten su elegancia y complejidad: un magret de pato con salsa de trufa negra, un tournedos Rossini o un cordero confitado serían perfectos. Los quesos semicurados de leche de vaca, como un Saint-Nectaire o un Comté, también resaltarán la finura y la estructura del vino. Si desea un maridaje regional, pruebe con un confit de pato o setas salteadas.

Este vino merece ser degustado con atención. Sírvalo a una temperatura de 16-18°C, preferiblemente después de una suave decantación de 30 minutos para oxigenar los aromas y eliminar posibles sedimentos, permitiendo que se exprese toda la riqueza y la complejidad de un gran Pomerol con más de cuatro décadas de evolución.