Vinos Ribera del Duero Bodega Dehesa de los Canónigos - Solideo - 2002

Opiniones de Viniou

El vino que has seleccionado, Dehesa de los Canónigos Solideo 2002, es una referencia emblemática de la Ribera del Duero. Este tinto seco proviene de una añada singular y se elabora principalmente a partir de uvas Tempranillo (conocida localmente como Tinta Fina), a menudo complementadas con pequeños porcentajes de Cabernet Sauvignon y Albillo, que aportan complejidad y estructura. El 2002 es una cosecha que, si bien no tan célebre como otras, ofrece vinos muy elegantes y perfectamente maduros para su disfrute hoy. El Solideo se caracteriza por una crianza prolongada en barricas de roble americano y francés, lo que le otorga matices especiados, notas de vainilla, tabaco y recuerdos de frutos maduros y cuero, siempre acompañados por una acidez equilibrada y taninos sedosos, resultado de su larga evolución en botella.

La Ribera del Duero, enclavada en el corazón de Castilla y León, se beneficia de un clima continental extremo, con inviernos duros, veranos calurosos y una acusada amplitud térmica que favorece una maduración completa de la uva. Los suelos, mayoritariamente calizos y arcillosos, imprimen carácter mineral y complejidad a los vinos de la zona, a la vez que conservan una elegancia y frescura envidiables. Esta región ha experimentado una impresionante evolución vitivinícola en las últimas décadas, consolidándose internacionalmente gracias a bodegas históricas y a un estilo propio de tintos intensos y longevos.

Para disfrutar plenamente del Solideo 2002, lo ideal es acompañarlo de platos tradicionales de la zona, como un lechazo asado al horno de leña, chuletillas de cordero o incluso quesos curados de oveja castellana. Igualmente, resulta magnífico con guisos de carne, caza de pluma o estofados de setas, gracias a su estructura y profundidad.

Se recomienda decantar este vino al menos una hora antes de servir para que despliegue toda su gama aromática y se oxigene adecuadamente. La temperatura de servicio óptima se sitúa entre 16 y 18°C, lo que permite apreciar su complejidad aromática y su textura pulida tras más de dos décadas de guarda. Disfruta de este Ribera del Duero en su momento de plenitud.