La denominación Languedoc, ubicada en el sur de Francia, es una de las más amplias y diversas del país. Extendida desde las estribaciones de los Cévennes hasta el mar Mediterráneo, esta región se beneficia de un clima soleado, ideal para la viticultura. Históricamente conocida como "Coteaux du Languedoc", la denominación ha ganado prestigio gracias a su variedad de suelos y cepas, que permiten producir una amplia gama de vinos. Los tintos suelen dominar con mezclas de Garnacha, Syrah, Monastrell y Cariñena, ofreciendo perfiles aromáticos ricos en frutos rojos y especias. Los blancos, aunque menos numerosos, deslumbran por su frescura y sus notas cítricas, a menudo provenientes de cepas como la Garnacha Blanca y la Marsanne. Convertida en AOC desde 1985, el Languedoc encarna la evolución moderna de la viticultura, combinando tradición e innovación. Cada botella es una invitación a descubrir la autenticidad de una región donde la pasión por el vino se entrelaza con el saber hacer ancestral. Ya sea que seas un principiante o un aficionado experimentado, los vinos de Languedoc son imprescindibles para enriquecer y diversificar tu bodega.